En esta campaña que todos tenemos contra el consumo excesivo de azúcar, intervienen en ocasiones ‘expertos’ que aseguran que el azúcar que contiene la fruta es un problema para nuestro organismo, por lo que hay que limitar su consumo o incluso reducir su ingesta a determinados horarios para que no afecte a nuestro organismo. Lo podemos ver en numerosos blogs o en Twitter, lugares en los que recomienda no comer tanto fruta a causa de los azúcares que contienen.
Una idea absolutamente errónea de la que hay que desprenderse por completo. El consumo de fruta es recomendable en todo momento y situación, debiéndose convertir en un alimento imprescindible y abundante dentro de nuestra dieta.
Para empezar a desmontar estas falsas ideas, basta recordar que la Organización Mundial de la Salud aconseja limitar al 5% de nuestro consumo energético la ingesta de azúcares añadidos (los que no se encuentran de forma natural en el alimento). Y por suerte, entre estos azúcares añadidos no se encuentra el azúcar que contiene la fruta. El cuerpo procesa de manera un tanto distinta el azúcar natural de las frutas, ya que la fibra que contiene este alimente minimiza el impacto del azúcar en los niveles de glucosa en sangre.
Y porque además, al ingerir fruta, no solo metes al cuerpo azúcar (cosa que sí que sucede con productos ultraprocesados con azúcares añadidos que no aportan nada más al organismo). La fruta nos aporta fibra (provoca que se retarde la absorción de los nutrientes para que el cuerpo pueda procesar los azúcares de forma más eficaz), agua, minerales, vitaminas y antioxidantes… además de aportarnos una sensación de saciedad.
En lo que respecta a la tan discutida fructosa, no pasa nada si esta fructosa procede de la fruta. El problema llega cuando se ingiere fructosa en altas proporciones, algo que sucede habitualmente al consumir productos ultraprocesados. En este sentido, las frutas, o las hortalizas, contienen cantidades relativamente pequeñas de fructosa en comparación con la proporción que aparece por ejemplo en los refrescos azucarados o en un paquete de galletas.
Así que ya sabes, la fruta es uno de los alimentos más saludables que existen, y debe ser una parte fundamental de la dieta ¡Y más en verano, con lo refrescante que es!