Las ensaladas, junto con las sopas y cremas frías, son las reinas de la alimentación del verano. Son frescas, ligeras, saludables… pero hay que tener cuidado con ellas. Porque aunque hay ensaladas absolutamente saludables, no todas las ensaladas lo son. Parece que por el mero hecho de comer una ensalada, ya estamos comiendo sano. Error. Todo dependerá de cómo es la ensalada que vayamos a comer.
Porque no es lo mismo preparar una ensalada casera de lechuga, tomate, cebolla o zanahoria con un sencillo aliño, que una ensalada de una cadena de hamburgueserías, ya que algunas de estas ensaladas pueden engordar más que unas patatas fritas o una hamburguesa o un sándwich por culpa de los ingredientes que acompañan a las hortalizas. Y ojo, esto no quiere decir que debas pedirte esa hamburguesa en lugar de la ensalada, al contrario (ya sabes que apostamos de forma decidida por la comida saludable).
Esta comparación es simplemente, una llamada de atención para que veas que hay ensaladas que no son tan sanas como podría parecer. Por ejemplo, una hamburguesa de una conocida cadena estadounidense tiene 300 kcal, mientras que sus ensaladas pueden tener entre 320 y 520 kcal. Una clara demostración de que por llamarse ensalada no tiene la garantía de ser sana.
En ese sentido, para comer una ensalada sana de verdad, tenemos que evitar las ensaladas que llegan ya ‘listas para consumir’ que podemos encontrar en supermercados o tiendas de gasolineras (cuidado a las salsas y a los tropezones que contienen).
Precisamente, los aliños suelen ser los grandes enemigos de las ensaladas sanas. Frente al aliño o la vinagreta de toda la vida, muchas personas ‘inundan’ sus ensaladas con salsas demasiado calóricas, como la salsa César o la salsa cocktail, por poner solo dos ejemplos de los más populares.
También hay que tener cuidado con ingredientes como el bacon frito, jamón cocido (cuidado, porque hay marcas de jamón que apenas alcanzan el 50% de carne), determinados quesos, los picatostes de pan, la cebolla frita, los frutos secos fritos o con ingredientes añadidos… Como ves, hay múltiples ingredientes que pueden provocar que la ensalada se deje el apellido de sana por el camino…
Como conclusión, las ensaladas son saludables y recomendables siempre y cuando cuidemos los ingredientes que llevan. Pueden ser un plato refrescante y perfecto para comer sano, o una bomba de relojería disfrazada de comida saludable. Ahora, tú decides como va a ser la próxima ensalada que comas. Y esperamos que sea una ensalada casera, y con ingredientes saludables. Y si ya son ingredientes ecológicos, y de cercanía, mejor que mejor.