Vivimos en la época de las fake news. Las redes sociales han favorecido la difusión de bulos y fake news que afectan a numerosos ámbitos de nuestra vida. Lo vemos en torno a la política y a la influencia de las fake news a la hora de influir en la opinión pública de muchos países en sus procesos electorales, pero también la sufrimos a diario con los bulos que nos llegan a través de whatsApp o de las redes, con mensajes en cadena que suelen ser falsos.

Lamentablemente, de esta situación tampoco se libran los alimentos. Y a los bulos de siempre, las redes (y en ocasiones, la publicidad) están propagando a velocidad de vértigo mentiras como que comer fruta engorda a causa del azúcar que contienen, que los productos «light» no engordan o que todos somos intolerantes a la lactosa, apoyándose en el hecho de que somos la única especie que seguimos tomando leche cuando somos adultos.

Cómo detectar bulos alimenticios

Como muestra de la importancia que tienen los bulos alimenticios, El Heraldo de Aragón informaba la primavera pasada que en torno al 30% de las fake news están relacionadas con la alimentación. Hoy, para ayudarte a detectar esos bulos, te traemos una serie de consejos con los que podrás intuir en la mayor parte de los casos si las informaciones que te llegan son verdaderas, o si por el contrario, son mentiras al viento que saltan de teléfono en teléfono.

Detectar la fuente de la noticia. Siempre que nos llegue una información a través de un mensaje de whatsApp, hay que ponerlo en cuarentena. Da igual que te lo envíe una persona de confianza. A esa persona se lo habrá enviado otra persona de confianza, pero eso no quiere decir que esa información sea cierta. Sospecha siempre que nos llega información imprecisa y que no cita fuentes.

Fake News alimentos

Si ves que está mal escrito y tiene faltas de ortografía, ponlo también en duda.. Si en el mensaje, o en el post en un blog, hacen referencias a un estudio médico, pero no hay enlace al mismo, también hay que sospechar. Incluso si hay un enlace, ten cuidado, porque en ocasiones las personas que crean esos bulos crean webs similares a las reales para darle una apariencia de realidad. En ocasiones, la diferencia está en una simple letra dentro de la url.

Intenta averiguar quién es el autor de la información. No es lo mismo que estés leyendo un post de alimentos saludables escrito por un médico de reconocido prestigio o un científico de una universidad española, que un científico de una estadounidense que no conoce nadie (en ocasiones muchas noticias falsas vienen respaldadas por supuestos médicos o científicos que pertenecen a una universidad o a un hospital que ni siquiera existe), un entrenador personal o una celebrity. La celebrity sabrá mucho de cómo aparecer ante los focos, y puede que una dieta o un alimento que le funcione bien a ella, pero no tiene la autoridad moral (y científica) de un nutricionista o de un médico. Desconfía también de los blogs y webs que son poco fiables.

Fake News

¿Un alimento es milagroso? Cuidado. Ahí pasa algo. Como bien sabéis, los alimentos milagrosos no existen. Puede que un tipo de fruta tenga propiedades contra tal o cual enfermedad. Pero tienen efecto si se toman dentro de un estilo de vida saludable en la que se incluya una dieta equilibrada. Los alimentos milagrosos, o los súper alimentos, no existen por sí solos ni tienen la capacidad de provocar un cambio o una mejora en la salud si no hay detrás una alimentación saludable.

Desconfía de las experiencias personales. Que un alimento sea bueno para una persona, no significa que ese alimentos sea maravilloso o que tenga propiedades únicas. Eso solamente son experiencias personales que no pueden extenderse al resto de la humanidad.