Pavía, nectarina, fresquilla… son múltiples los nombres de esta deliciosa fruta de verano similar al melocotón, aunque con una piel lisa y sin la pelusilla típica de esta otra fruta que hace que sea más agradable al tacto, y por lo tanto, sea más fácil de consumir para muchos.
Esta fruta de hueso de verano nace del nectario, y aunque antes se decía que esta fruta es un híbrido de melocotón y ciruela, la realidad es que es una variedad del melocotón que seguramente nació por una mutación natural hace miles de años. España es uno de los principales productores de esta fruta de verano de toda la Unión Europea, con más de 605.000 toneladas cultivadas en 2019, concentrándose de forma mayoritaria en Lérida, Huesca y Murcia.
La pavía es una fruta con altos valores nutricionales. Tienen un bajo contenido calórico, con unas 40-45 calorías por cada 100 gramos. Son ricas en vitamina A y C, y tienen un alto contenido en agua, además de fibras, antioxidantes y agua. También contienen minerales como potasio, magnesio y fósforo.
Sus propiedades contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmune, ayudan a mantener la piel y el cabello, la vista, y también nos protegen de los radicales libres que contribuyen al envejecimiento. Para poder disfrutar de todos esos beneficios, es conveniente comer las pavías en su punto óptimo de maduración, y con la piel lavada y sin pelar.
Además de consumirla al natural, la pavía es una fruta con muchas otras opciones para consumirla. Como ingrediente en una ensalada es perfecta. También marina muy bien con quesos, y cortada a pedacitos y mezclarla con yogur queda fantástica. Y también es ideal para asarla a la brasa y servirla como guarnición de una carne, o incluso de pescados y mariscos.
Para elaborar postres, la pavía también es un ingrediente muy versátil. Puedes utilizarla en una macedonia, para hacer helado, un sorbete… También se usa mucho para añadirlo en daditos o en tiras en la masa de un bizcocho, o para decorar una tarta. Y por supuesto, las nectarinas también se puede utilizar para hacer conservas en almíbar, o para elaborar mermelada.