Nos encantan las torrijas. Los fans de este dulce típico de la cuaresma y de la Semana Santa están de enhorabuena, porque ahora puede degustarse durante todo el año gracias a los restaurantes que la han incorporado a su carta. Aún así, en esta época del año es cuando tienen el protagonismo absoluto al destacar en los mostradores y escaparates de las pastelerías, y al prepararse en miles de hogares a lo largo y ancho del país.

Este postre tan tradicional tiene su origen en tiempos de los romanos. De esa época, ya hay recetas similares del siglo I d.C escritas por el gastrónomo latino Marcus Gavius Apicius. Aún así, la torrija tal y como la conocemos ahora, tiene su origen en el siglo XV. En ese momento, se preparaban con pan duro, huevos, azúcar y leche o vino, y se utilizaban para ayudar a recuperarse a las parturientas que daban a luz. Realmente no se sabe el momento en el que este postre llegó a ser típico de la Semana Santa. Parece ser que al ser un alimento calórico y saciante, comenzó a incluirse en la dieta de la Cuaresma para compensar la abstinencia de otros alimentos.

Cómo preparar las torrijas

Si nunca te has animado a preparar torrijas, hoy en el blog de COMBI CATERING te traemos una receta para que puedas elaborarlas en casa ¿Te animas? Para hacer las torrijas, debemos cortar el pan en rodajas (mejor si es duro de dos o tres días) y bañarlas en un cazo con la leche, canela y el azúcar.

En algunas recetas veréis que sólo tenéis que dejar que se mojen durante unos breves minutos en la mezcla de leche, fijándoos en que queden bien empapadas por cada uno de los lados. En otras recetas os van a proponer que las bañéis durante unos 10 minutos para que el pan coja más sabor. Eso, queda  a vuestra elección, pero cuanto más reciente sea el pan, menos tiempo deberá estar sumergido en leche.

Si quieres darle un toque especial, puedes hervir previamente la leche con ramas de canela y azúcar. Cuando haya llegado a la ebullición, puedes volcar la leche en un plato hondo donde iremos empapando las rebanadas de pan. A continuación, bañamos las torrijas en huevo y las ponemos a freír en una sartén con abundante aceite caliente. Cuando estén doradas por un lado, damos la vuelta y esperamos que se doren por el otro lado.

Después, las dejamos enfriar sobre un plato forrado con papel de cocina (así absorberá la grasa sobrante), si quieres puedes echarle azúcar por encima (o miel, o un poco de canela, dependiendo de nuestros gustos) y ya tenemos nuestras torrijas listas, ¡listas para animarnos estos días!

Fotografía de portada | Ramonespelt para Canva.com