Comer sano está de moda. Y el batch cooking nos puede ayudar a conseguirlo. Este sistema quiere facilitar el hábito de comer de forma saludable alimentos naturales para huir de los ultraprocesados con dos claves: planificar la compra y cocinar las comidas o las cenas de toda la semana en unas horas.
Esta planificación nos permitirá evitar las comidas y cenas insanas que improvisamos a última hora, a la par que nos aseguramos de comer sano y variado, ahorraremos tiempo y evitamos desperdiciar alimentos al comprar solo lo que vamos a cocinar. Si además apostamos por comprar alimentos ecológicos y de temporada, contribuiremos también a la sostenibilidad.
En primer lugar, lo más importante es planificar. Lo que vamos a comer cada día (también si comemos de tupper en la oficina), y para cenar. En este punto, es importante comprobar en nuestros menús lo que van a comer tus peques en el comedor del cole para garantizar que comen variado y que no repiten plato el mismo día.
A la hora de planificar, piensa qué platos vas a guardar en la nevera, y cuáles vas a poder congelar. En este caso, puedes cocinar más cantidad y guardar raciones pequeñas y ajustadas a tus necesidades en el congelador. Porque una vez que te pones a cocinar, igual te da hacer sopa para tres que para seis. Precisamente, y ya que hablamos de sopas, este plato junto con las cremas de verduras son una opción rápida, sana y socorrida para solucionar los primeros platos.
Las berenjenas rellenas, la lasaña vegetal.. son platos que también podemos preparar y que se congelan sin problemas, mientras que las verduras son un imprescindible que aguantan perfectamente en la nevera un par de días.. Las legumbres tampoco pueden faltar en este listado.
Por ejemplo, en el marco de la filosofía de utilizar un mismo ingrediente para distintos platos, podemos utilizar (y congelar) garbanzos para añadir a una sopa, o utilizarlos para preparar un hummus para poner en las tostadas del desayuno, o para un aperitivo del fin de semana. Los sofritos, o las vinagretas, también puedes elaborarlos para utilizarlos luego en distintos platos.
A la hora de congelar es importante saber qué ingredientes se pueden congelar y cuales no. Porque ingredientes como la patata, la lechuga o los canónigos no es conveniente congelarlos y pueden arruinar el trabajo de preparación de la receta una vez que la has descongelado. En este sentido, las recetas que tengan ingredientes que no se pueden congelar, guárdalas en la nevera para consumirlas en breve.
¿Te animas a sumarte a la moda del Batch cooking? Te aseguramos que vas a ganar tiempo y calidad de vida, además de alejarte de forma definitiva de los alimentos ultraprocesados y de la comida rápida.